viernes, 16 de julio de 2010

Como las industrias de la música y el cine, la industria editorial está al borde del abismo y para salvarse da un paso al frente

La noticia, firmada por Daniel Arjona, proviene de el sumplemento El Cultural del diario español El Mundo, del día de ayer, y se refiere nuevamente a Libranda, la mayor plataforma de libros digitales en castellano del mundo, a punto de ser lanzada.

Libranda nace escasa de títulos y utilidades

La plataforma de distribución de libros digitales inicia su actividad en fase "Beta" hasta su anunciada apertura el 15 de septiembre

Libranda, la gran plataforma de comercialización de ebooks de las grandes editoriales españolas arranca hoy titubeante, con diez editoriales y nueve tiendas online, pero escasa de títulos. Como ya explicamos en Elcultural.es el gran lanzamiento no tendrá lugar hasta el 15 de septiembre pero el proyecto ya es hoy real en la red y no parece muy espectacular. Quizás por eso, para evitar posibles desencantos, en la nota de prensa enviada ayer a los medios Libranda califica este lanzamiento como "Beta", es decir, en período de prueba.

¿Qué nos encontramos al acceder a Libranda.com? Lo primero es un fondo escaso y claramente descompensado de 1.114 títulos, casi mil menos de los prometidos, de los que casi la mitad -500- pertenece al sello de Grup 62 y está la mayoría en catalán. De la mitad restante Anagrama ofrece 50 títulos, Planeta 71, Random 188, Maeva 6, Roca 46, Santillana 116, Siruela 4 y Wolters Kluwer 82. Escasos números si tenemos en cuenta que el fondo vivo en papel de Planeta o Santillana, por citar a dos de las grandes, suma miles de títulos.

La escasez podría estar compensada por el reclamo de un número contundente de novedades y bestsellers. No es así. Algunos ejemplos. Entre los seis títulos de Maeva no encontramos ninguno de los vendidísimos de Camilla Lackberg. Anagrama ofrece sobre todo los de su colección de bolsillo Compactos, y sólo cuelga un par de seminovedades, Eros, de Eloy Fernández Porta y El Capitalismo funeral, de Vicente Verdú. Random pone a la venta el superventas Dime quién soy, de Julia Navarro, pero el resto de sus títulos es todo fondo de bolsillo no muy actual.

¿Qué decir del proceso de venta? Arduo y confuso. El comprador pincha por ejemplo El club de los viernes, de Kate Jacobs, en la web de Libranda. Le ofrecen las diez librerías que por ahora se han sumado al proyecto para que elija dónde comprarlo. Se decanta, por ejemplo, por la librería digital de El Corte Inglés y aparece la web general de la gran cadena comercial pero no el libro en cuestión. ¿Es un error de afinación inicial? Pues no lo parece, ocurre lo mismo en todas y cada una de las otras librerías digitales que venden el libro digital en cuestión. Hay que apañárselas para encontrarlo, lo que no resulta precisamente cómodo. Y eso que El Corte Inglés en concreto cuenta ya con una sección de libros específica para ebooks, pero no es el caso por ejemplo de la FNAC, donde al buscar varios de los títulos anunciados en el catálogo de Libranda no aparecen más que sus versiones en formato papel. Y es que, sorprendentemente, el enlace en Libranda no garantiza que la librería digital elegida tenga el título.

Por último, ¿son finalmente asequibles los precios teniendo en cuenta los ahorros de costes que permite el libro digital? Juzguen ustedes mismos. El citado ebook Dime quién soy, de Julia Navarro se vende a 16'99 euros. Su precio en papel es de 23.90 euros por lo que el ebook se vende al 70% de su precio. Sí, más o menos lo que habían anunciado. Y seguimos pensando igual: excesivo y aparentemente inútil para evitar al ansioso lector escuchar el canto de la sirena pirata.

Mucho tendrá que mejorar el sistema ofrecido por Libranda para que su gran apertura en septiembre no se torne fiasco. El ebook será el futuro del libro, si es necesario, a pesar de las editoriales, incluso a través de la venta directa de los autores, como ya amenazan algunos. Por ello, si la industria del libro quiere tener futuro tendrá que arriesgar con ideas de futuro, como no hizo ni la música ni el cine.

2 comentarios:

  1. Las fichas de los libros no incluyen los nombres de los traductores. ¿Por que no me extraña?

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  2. El proyecto de Libranda es un despropósito de principio a fin. Cualquiera que visite la web puede constatarlo. Además, en última instancia vamos a lo siempre: ¿qué sentido tiene conservar a todos los intermediarios del viejo régimen editorial cuando el nuevo medio exige un modelo distinto de explotación? Les auguro dos telediarios.

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