miércoles, 9 de junio de 2010

Bernès y Kodama: dos que se quieren

La noticia se publicó en el blog que Pierre Assouline lleva para Le Monde, el 17 de abril de este año. La vio Marietta Gargatagli, quien tuvo la amabilidad de enviarla, y la tradujo para el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires, Florencia Baranger, quien, dicho sea de paso, hoy cumple años, por lo que le deseamos un muy feliz cumpleaños.

Reedición de Borges vestido de Pléiade

La cotización de cierta Pléiade va a pegar un salto la semana próxima en el mercado de las rarezas, lo cual ha provocado una gran agitación en el pequeño mundo de los bibliófilos, coleccionistas, borgianos y obsesivos varios : los dos volúmenes de Œuvres complètes de Jorge Luis Borges, publicados en 1993 y 1999, pasarán a integrar de facto el selecto grupo de collectors de la colección. Sus precios ya eran considerablemente elevados desde hace una década (140 euros el tomo I en Amazon) porque estaban agotados, fenómeno excepcional, considerando la tendencia de Gallimard que se orienta más bien a garantizar la amplia difusión de sus publicaciones antes que a escatimarlas. La demanda, aunque real, estaba insatisfecha, al igual que el editor que argumentaba un lucro cesante de un millón de euros. Ahora bien, finalmente se reimprimirán aquellos dos famosos volúmenes para volver a las estanterías tras una amarga batalla, pero con suficientes modificaciones, enmiendas, correcciones y advertencias como para arrancar con un precio alto. Esto no debería arruinar el placer, ni afectar la curiosidad de los simples lectores, hasta la fecha, este nuevo volumen de la Pléiade, en todas las lenguas, la única edición crítica de las Obras completas del gran escritor.

¿Y entonces? A mi izquierda, Jean-Pierre Bernès, traductor (de los textos inéditos) y su editor; a mi derecha, María Kodama, viuda de Borges y guardiana del templo aun contra los templarios; en el centro, Antoine Gallimard, propietario de las ediciones epónimas. En el momento de su publicación, tanto en 1993 como en 1999, ambos volúmenes fueron recibidos con un elogio unánime. M. Bernès fue felicitado en Francia y en el extranjero, donde existe una legión de borgianos, sobre todo porque había obrado en perfecta complicidad con el mismo escritor, quien lo honraba con su amistad en sus múltiples sesiones en Ginebra; la señora Kodama no quiso ser menos: “Supongo que el segundo tomo será tan bueno como el primero, un trabajo excelente; por lo tanto, imagino que el próximo, con la experiencia del primero, será doblemente excelente”. Esta fue su declaración a la revista mexicana Proceso (22 agosto de 1999). Sin embargo, fue ella quien súbitamente tomó la decisión de bloquear cualquier tipo de reedición. Sin dar explicaciones. El abogado Emmanuel Pierrat nos propone un principio de explicación en su capítulo dedicado al asunto en Familles, je vous hais! (Hoëbecke): Bernès había cometido el crimen de equivocarse en la fecha del encuentro del que sería su futuro marido, situándola más tarde. “Al descubrir el error, ¡se brotó de ira! Exigió la destrucción de todos los ejemplares y una nueva tirada.” Naturalmente, nada de eso ocurrió. Pero el detalle permitió revelar las verdaderas razones de su enojo: el éxito del traductor-editor de las Œuvres complètes, cuyo nombre aparecía siempre asociado al de Borges, le resultaba insoportable. Comenzó una guerra de diez años. Y como, paralelamente, Bernès había grabado una serie de conversaciones esporádicas con el escritor, que éste había bautizado “los recreos de la Pléiade”, exigió la plena propiedad. En dos oportunidades intentó hacerle juicio al traductor y, en ambas ocasiones, perdió. Para resolver la situación, Antoine Gallimard y el agente literario neoyorquino de la Sra. Kodama, Andrew Wylie, apodado “el chacal”, que no es ningún santo (el día en que los editores alaben la ternura de un agente será un signo para que éste sepa que ya es tiempo de abandonar la profesión), convinieron en nombrar como mediador al hispanista Jean Canavaggio, traductor del Quijote; éste se inclinó por el lado de Bernès; su arbitraje sugería modificaciones que fueron “casi” todas ratificadas, para no verse obligados a rehacer la edición. Cuestiones de traducción, algunas precisiones (¿acaso realmente recitó la plegaria de los muertos en su agonía?), detalles. “Todo muy secundario. Salvo dos frases que acepté suprimir mientras que... Para mí, la edición canónica, la edición de referencia seguirá siendo la primera, la que preparé con él. ¡Flor de polémica!” dijo Jean-Pierre Bernès para alejar todo tipo de amenaza que atentara contra la reedición de la cual se alegra. Es cierto que la Sra. Kodama tiene la demanda fácil, ya intentó entablar tantas a los periodistas, escritores o traductores sospechados de apropiarse de “su” Borges, que aquellos que no fueron arrastrados por ella frente a los tribunales deberían sentirse ofendidos en su honor profesional.

En un mes, Jean-Pierre Bernès publicará La vie commence (Le Cherche-Midi), un cálido relato de 115 páginas sobre su amistad con Borges, quien le estaba muy agradecido de haberlo ayudado a morir en literatura, preguntándose en qué lengua iría a morir. El nombre de María Kodama no figura ni siquiera una vez. “Para mí, dejó de existir”. Las famosas “recreaciones de la Pléiade”, a las cuales se libra Borges, serán publicadas más adelante. “Después de mi muerte y de la suya. Desde mi tumba, la miraré leerlas en su tumba”. La venganza puede ser un plato para saborear desde ultratumba.

(http://passouline.blog.lemonde.fr/2010/04/17/reapparition-de-borges-en-tenue-de-pleiade/)

2 comentarios:

  1. Entre la Veuve et Gallimard mon coeur ne sait lequel choisir... Comentario en criollo: entre bueyes hay cornadas.

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  2. Permettez moi d´inclure dans ce pauvre commentaire une traduction mienne du poème de Borges.

    A un chat (Jorge luis Borges)

    Pas plus silencieux sont les miroirs
    ni plus furtive l´aube aventurière;
    tu es, sous la lune, cette panthère
    que nous pouvons parfois apercevoir.

    Objet indéchiffrable d´un décret
    divin, nous te cherchons vainement;
    plus lointain que le Ganges et le couchant,
    oeuvre de solitude et de secret.

    Ton dos condescendant et qui s´attarde
    à la caresse de ma main. Tu admets,
    de cette éternité qui est rejet
    l´amour de la main blafarde.

    Tu as un autre temps.Tu es la sève
    d´un cadre fermé comme un rêve.


    Note: J´ai voulu éviter les mots innécessaires et qui ne sont pas dans l´original comme "paresse" ou
    (lune) "équivoque" quitte à faire une traduction moins musicale mais plus conforme. Une traduction est , bien sûr, une interprétation, mais on ne doit trop enjoliver.


    Original de Borges:

    No son más silenciosos los espejos
    ni más furtiva el alba aventurera;
    eres, bajo la luna, esa pantera
    que nos es dado divisar de lejos.
    Por obra indescifrable de un decreto
    divino, te buscamos vanamente;
    más remoto que el Ganges y el poniente,
    tuya es la soledad, tuyo el secreto.
    Tu lomo condesciende a la morosa
    caricia de mi mano. Has admitido,
    desde esa eternidad que ya es olvido,
    el amor de la mano recelosa.
    En otro tiempo estás. Eres el dueño
    de un ámbito cerrado como un sueño.

    18 février 2011 20:45

    Aquí va una trducción que pudiera ser de Bernès, lo ignoro, pero que es ciertamente mala puesto que añade términos que no estaban en el original y ornamenta demasiado al poema, modificándolo de facto.
    Ruego me comuniquen el nombre del traductor (aquí mismo) si lo saben pues si la traduicción es admisiblemente una interpretación, es muy importante admñás que no sea una modificación, que no cambie al poema.

    Non moins furtif que l'aube aventurière,
    Non moins silencieux que le miroir,
    Tu passes et je pense apercevoir
    Sous la lune équivoque une panthère.
    Par quelque obscur et souverain décret
    Nous te cherchons. Nous voulons, fauve étrange
    Plus lointain qu'un couchant ou que le Gange,
    Forcer ta solitude et ton secret.
    Ton dos veut bien prolonger ma caresse;
    Il est écrit dans ton éternité
    Que s'accordent à ta frileuse paresse
    Ma main et son amour inquiété,
    Ton temps échappe à la mesure humaine.
    Clos comme un rêve est ton domaine.

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