jueves, 2 de julio de 2009

Borges y Kafka: un tema recurrente


En los últimos tiempos ha vuelto a plantearse en la prensa, como si se tratara de una novedad, la cuestión sobre la autoría de la traducción de La metamorfosis (tal el título hasta hace poco) de Franz Kafka. Sin embargo, la cuestión ya había sido parcialmente saldada hace una década por Cristina Pestaña, Licenciada en Filogía Alemana de la Universidad de Valladolid, quien en 1999 publicó en Espéculo. Revista de estudios literarios, de la Universidad Complutense de Madrid, un artículo que se reproduce a continuación.

¿Quién tradujo por primera vez La metamorfosis de Franz Kafka al castellano?

Tiene razón Fernando Sorrentino en su artículo "El kafkiano caso de la Verwandlung que Borges jamás tradujo" (Revista Espéculo, año IV, nº10, noviembre/febrero 1998/99) cuando alude a la ‘ilícita’ paternidad de Borges en la traducción al castellano de "Die Verwandlung", de Franz Kafka. Como el propio Sorrentino afirma, el factor desencadenante de su exposición fue mi artículo titulado "Intertextualidad de F. Kafka en J.L. Borges" y publicado también en Espéculo un año antes (nº7, noviembre’97-febrero’98). Cuando escribí el citado artículo para la revista me encontraba en plena elaboración de mi tesina, finalmente titulada "La Metamorfosis de F.Kafka: Crítica de alguna de sus traducciones al castellano". Con este trabajo pretendía presentar una pequeña demostración, un trabajo práctico en el que se probara que se era capaz de realizar una crítica de la traducción aplicando criterios objetivos y siguiendo las últimas teorías al respecto. Las traducciones que recogí no fueron seleccionadas por azar. Hablaré de las que son relevantes para el tema de este artículo. La primera que seleccioné, por su antigüedad, fue La Metamorfosis, publicada por primera vez en la Revista de Occidente, nº 18/19 en Madrid en el año 1925. El segundo ejemplar a comparar fue la publicada en 1945 por la Editorial Revista de Occidente, en la colección de la misma editorial titulada "Novelas Extrañas". La tercera traducción es la de Borges. La traducción de Borges se presentaría harto interesante a la hora de realizar un estudio sobre la dualidad escritor-traductor: hasta qué punto en una figura como la de Borges se vería reflejada esa mencionada dualidad, cómo se entremezclarían en él la tarea de transmitir al castellano lo que Kafka hizo con el alemán y la aportación en la traducción de un estilo propio, del "sello del traductor", que, si bien esto es algo que en todo traductor se da, es lógico pensar que este matiz aparecería más potenciado en Borges.

A continuación explico todos los pasos que di hasta averiguar que, efectivamente, Borges no podía ser en modo alguno el traductor de Die Verwandlung:

Según distintos anales bibliográficos consultados (1), las primeras traducciones en España de Die Verwandlung tienen lugar durante la década de los años cuarenta. No obstante, si seguimos la teoría "oficial", cabría decir que la primera traducción al castellano se realiza fuera de la península: en 1938 Jorge Luis Borges publica su propia versión en la bonaerense Editorial Losada, dentro de la colección "La Pajarita de Papel".

Con toda seguridad, la traducción de Borges es una de las versiones en castellano más conocidas de la obra de Franz Kafka, tanto por su antigüedad como, sobre todo, por la figura que Jorge Luis Borges representa dentro de las Letras Hispánicas. De manera que no es difícil de comprender que esta traducción haya sido considerada por muchos traductores posteriores de esta obra, ya españoles, ya americanos, como ‘texto-guía’ en el que apoyarse para el desarrollo de sus propias traducciones al castellano de Die Verwandlung.

Siete años después de la primera publicación del texto de Borges en Buenos Aires (1938), apareció publicada en 1945 una traducción en España dentro de la Editorial Revista de Occidente, en la colección de la misma editorial titulada "Novelas Extrañas". La aparición de esta traducción no tuvo mucha relevancia en la época, al igual que ocurrió por aquel entonces y a escala mundial con el resto de los escritos de Kafka, no pasando de interesar más que a pequeños círculos intelectuales o académicos. Pero, por otra parte, la existencia de una traducción firmada por Jorge Luis Borges ayudaría en un futuro posterior, cuando se produjese la auténtica eclosión de la figura de Kafka en la Literatura Universal, a que esta traducción quedara relegada al olvido, ensombrecida por la firmada por Borges.

En el original de esta versión, actualmente en la Fundación Ortega y Gasset de Madrid, nada se nos indica acerca del traductor. Si se consulta las bibliografías que ofrecen otras traducciones de La Metamorfosis, en ellas se señala la existencia de esta versión y se nos da un nombre, Galo Sáez, que figura como el traductor de la obra publicada en 1945 por la Editorial Revista de Occidente.

Movida por el interés que despertó la existencia de, a priori, la primera traducción de La Metamorfosis en España, me dirigí a la Fundación Ortega y Gasset con el fin de que me facilitaran la versión de 1945. Con sorpresa advertí la existencia de otra traducción de Die Verwandlung, más antigua y datada en 1925, un año posterior a la muerte de Franz Kafka. Esta traducción apareció publicada en dos partes, en la propia revista. La primera de ellas en el número XVIII y la segunda parte, en el XIX de la misma revista. En la revista tampoco figura el nombre del traductor; simplemente se señala que el autor del texto es Franz Kafka. Cotejando la una y la otra, la de 1945 y la de 1925, se llega fácilmente a la conclusión de que ambas traducciones son idénticas y que, por tanto, el traductor es el mismo; si bien, en un primer momento, los intentos de conseguir el nombre de éste o, por lo menos, probar "la existencia" del mencionado Galo Sáez fueron nulos. En primer lugar porque hay que mencionar que los archivos de la Revista de Occidente anteriores a la Guerra Civil Española fueron destruidos durante la misma. Por otra parte, consultado el Índice (2) de la propia revista, se señala la publicación de la obra de Franz Kafka, pero nada se dice acerca de quién pudo ser su traductor. En vista de todo esto, parece claro que la traducción de 1945 no es más que la reedición de la aparecida en 1925 y que el traductor es el mismo.

Para Don José Ortega, hijo de Ortega y Gasset y director de la Revista de Occidente y de la Editorial Revista de Occidente a partir de 1943, el posible traductor de la obra fue una mujer: Margarita Nelken (3), si bien, no teniendo constancia de ello, recordemos que los archivos de la Revista se destruyeron durante la guerra, cuando la reeditó en las ediciones de la Editorial Revista de Occidente, no indicó nada sobre el posible o la posible traductora, al igual que en el Indice de la revista. No obstante, a pesar de la vacilación de Don José, se descarta que Galo Sáez fuera el traductor, puesto que aquel mismo asegura que éste no era más que el nombre de la imprenta madrileña donde se imprimían los libros de la Revista de Occidente y la revista misma.

Ahora bien, si cotejamos esta traducción con la de Borges, los resultados son más que sorprendentes: ambos textos son absolutamente idénticos, no hay diferencia alguna. Aparte de los ejemplos que Fernando Sorrentino ofrece en su artículo, creo conveniente añadir que constaté una leve variación en la que el texto borgiano se desvía de la clara traducción fuente: es en el primer capítulo de la obra. (TLO: Capítulo 1º, pág.10).

TEXTO Borges. PG.5.

Eran las seis y media, y las manecillas seguían avanzando tranquilamente. Es decir, ya era más. Las manecillas estaban casi en menos cuarto. ¿Es que no había sonado el despertador?. Desde la cama podía verse que estaba puesto efectivamente en las cuatro; por lo tanto, tenía que haber sonado. Mas ¿era posible seguir durmiendo impertérrito, a pesar de aquel sonido que conmovía hasta a los mismos muebles?. Su sueño no había sido tranquilo. Pero, por lo mismo, probablemente tanto más profundo. Y ¿qué hacía él ahora?. El tren siguiente salía a las siete; para alcanzarlo era preciso darse una prisa loca. El muestrario no estaba aún empaquetado, y, por ultimo, él mismo no se sentía nada dispuesto. Además, aunque alcanzara el tren, no por ello evitaría la filípica del amo, pues el mozo del almacén, que habría bajado al tren de las cinco, debía de haber dado ya cuenta de su falta. Era el tal mozo una hechura del amo, sin dignidad ni consideración. (4)

Al cotejar el texto seleccionado con el texto de la Revista de Occidente y de la Editorial, se observa que los tres son absolutamente idénticos y únicamente el texto borgiano altera en sólo tres ocasiones el contenido de los otros dos:

No calca la construcción ¿qué se hacía él ahora? eludiendo simplemente el reflexivo "se": ¿Qué hacía él ahora?.

En segundo lugar, se decanta por utilizar un sinónimo del verbo coger, utilizado por la revista: Para cogerlo (Borges) en vez de Para alcanzarlo (R. y E. de Occidente). La última alteración se produce en el cambio de la fórmula temporal; mientras que la R. y E. de Occidente muestran el Imperfecto de Subjuntivo terminada con la desinencia verbal -RA, Borges se decanta por la otra opción que este tiempo verbal posee en castellano, la acabada por -SE. Por otra parte, el escoger el verbo "alcanzar" y no conservar el original "coger" puede encontrar justificación en el aspecto semántico, en el matiz que este verbo (coger) posee en algunos países de América. La connotación que este verbo posee en Argentina obligó al autor o editor de esta traducción a efectuar el cambio de verbo: El verbo coger en la América hispanohablante tiene el significado principal de copular, pero su uso se ve empleado en un registro bajo, vulgar, de ahí que sea absolutamente lícito el cambio hecho por el traductor.

Teniendo en cuenta la absoluta coincidencia de los textos, no me pareció exagerado utilizar el término "plagio" para designar la traducción firmada por Borges. Ahora bien, siempre me quedó presente la duda, lógica, por otra parte, al hablar de un personaje de la talla de Jorge Luis Borges, de que tanto los textos de 1925 y 1945 como el texto borgiano fuesen igualmente traducidos por el mismo Borges, puesto que la autoría de Margarita Nelken no ha podido ser probada por el momento. Esta incógnita queda despejada a la hora de consultar al biógrafo de Borges, Marcos Ricardo Barnatán (5): La única y primera colaboración de J.L. Borges en la Revista de Occidente tiene lugar en 1924, estando el propio Borges en Buenos Aires. El artículo se publica en el número de fin de año y el título del artículo reza del siguiente modo: Grandeza y menoscabo de Quevedo, como se puede observar, nada en relación con el tema que aquí se trata. Queda también claro, siguiendo la biografía de Barnatán, que Galo Sáez, nombre del traductor que ofrecen algunas bibliografías, tampoco pudiera ser un seudónimo utilizado por Borges, pues el primero que utiliza el argentino es Francisco Bustos y en el año 1933. Por otra parte, si Borges hubiera sido el autor de estos textos, esto sería algo sabido universalmente que éste hubiera sido ‘el primero que convirtió al castellano una de las más importantes obras de Franz Kafka’, y probablemente habría sido señalado incluso por el mismo Borges en las posteriores ediciones de su traducción. Borges, en un artículo periodístico, declaraba que:

Yo traduje el libro de cuentos cuyo primer título es La Transformación, y nunca supe por qué a todos les dio por ponerle La Metamorfosis. Es un disparate, yo no sé a quien se le ocurrió traducir así esa palabra del más sencillo alemán.(6)

De las propias afirmaciones de Borges se desprende que él mismo reconoce no ser el primer traductor de la obra, y que por lo tanto, cuando él la tradujo por primera vez, ésta ya era conocida, por lo menos, en círculos culturales.

La hipótesis que me aventuré a lanzar a partir de las premisas expuestas es la siguiente: Seguramente, Borges, como colaborador de la Revista y aún residiendo en Buenos Aires por aquel entonces recibiese periódicamente esta publicación y posiblemente leyera el texto de 1925, pues, como hemos dicho anteriormente, en 1924 publicó un artículo suyo en la Revista de Occidente. En 1936 estalla la Guerra Civil Española; en el año 1938 la contienda está prácticamente sentenciada. Borges, consciente de la caótica situación de la época, que conoce la pérdida de los archivos y el fin de la Revista de Occidente, se aprovecha de la situación, porque lo más seguro es que guardase celosamente esa traducción de 1924 en Buenos Aires.

¿Ironía o arrepentimiento?. Ya al final de su vida, Borges declaraba, precisamente hablando sobre la figura de Franz Kafka, que: "... es mejor plagiar a otros y no plagiarse a sí mismo. En todo caso, es lo que siempre he hecho, prefiero plagiar a otros". (7)

Conclusión: Considerada como una de las obras cumbre de la Literatura Universal, La Metamorfosis, Die Verwandlung en alemán, es una de las obras del escritor checo Franz Kafka más conocidas por los lectores de habla hispana. Pero lo que el gran público ignora es que esta obrita fue traducida por primera vez al castellano en 1925 posiblemente por Margarita Nelken para Revista de Occidente, adelantándose a las primeras traducciones inglesas y francesas de Kafka, y, lo más sorprendente, el escritor Jorge Luis Borges jamás tradujo la obra. Abierta queda la puerta para futuras y apasionantes investigaciones: ¿La traducción se basa a su vez en una traducción francesa? ¿Es realmente Margarita Nelken la traductora?. Si es así, ¿estaba Borges al corriente de ello?


NOTAS:

SIMON DIEZ, J.: Manual de bibliografía de la literatura española. Editorial Gredos, Madrid, 1980.
- BOMPIANI: Diccionario de autores. Editorial Hora, S.A. Barcelona 1980.
- MENÉNDEZ PIDAL, R.: Biblioteca de traductores españoles. C.S.E.C., Madrid, 1952.
- Catálogo General de la Librería Española e Hispanoamericana. Cámara Oficial del Libro, Madrid-Barcelona, 1932.

SEGURA CORVASI, E.: Indice de la Revista de Occidente. Instituto "Miguel de Cervantes", C.S.E.C. Madrid, 1952.

Margarita Nelken (1896-1966), hija de judíos alemanes emigrantes en España, fue una reconocida escritora y política. Tras la Guerra Civil Española, fue diputada socialista durante la II República, hubo de emigrar a México, país en el que murió. Se interesó por la situación de la mujer española escribiendo numerosas obras al respecto. También tradujo obras del inglés y del alemán, así como publicó trabajos referentes a la Historia del Arte.

La traducción aquí utilizada es la de la Editorial Planeta, Barcelona, 1992.

BARNATÁN, M.R.: Borges, Biografía total, Editorial Temas de Hoy, Madrid, 1995.

BORGES, J.L.: "Un sueño eterno", El País, 3 de julio de 1983.

BORGES,J.L./FERRARI, O.: "Kafka puede ser parte de la memoria humana". Diálogos. Editorial Seix Barral, Barcelona, 1992.

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